viernes, 19 de agosto de 2011

QUERIDO AVIÓN:



Escribo esta entrada de mi blog desde el avión. En este momento voy cruzando el Atlántico rumbo a casa. No me pregunten en donde estoy porque la verdad no tengo ni la más mínima idea. Todo el avión está oscuro; a pesar de que afuera el sol del mediodía está a su máxima expresión. En este momento la mayoría de los pasajeros duermen, un niño corre por el avión y su madre detrás. Algunos pocos leen, otros ven la película y otros simplemente miran el techo. Mientras todo ésto pasa aprovecho este momento de tranquilidad para dedicarle unas líneas a esta máquina maravillosa que hoy atraviesa; como todos los días el charco de forma segura a su destino.

"Querido avión:

Estamos aquí juntos otra vez. Definitivamente ustedes los aviones nunca dejan de sorprenderme. Cada avión en el que vuelas es único. No importa que sean del mismo modelo y que por dentro sean exactamente igual. Cada uno tiene su personalidad y su bailao; por decirlo de alguna manera. Inclusive en la sensación de volar varía uno de otro. Es gracioso porque en las compañías aéreas todos tienen su avión favorito, el avión nulo, el que te da paranoía y el que simplemente odias. A veces el avión que tu amas es el que odia otro y podemos entrar una discusión sobre quién tiene la razón. Pero a la final todos los tripulantes de cabina del mundo tienen esta relación fuerte con éstas máquinas voladoras.

He tenido una relación de amor y odio contigo. En tí hice mi primer vuelo transatlántico como tripulante de cabina y eso siempre lo recordaré; pero algo no andaba bien entre nosotros. Nada de vibras, era como que la química entre tú y yo no funcionaba del todo. Me gustaban más otros aviones, pero siempre; en la mayoría de mis vuelos eras tú el que me llevaba. Cuando te veía debo confesar que decía "¡tú otra vez que fastidio con éste avión que me persigue..."

El amor y la costumbre vienen de la mano y fue tanto lo que volé en tí que terminé agarrándote cariño. Descubrí que vuelas sabroso, que eres de esos aviones que se sienten como plumas, como si no pesaras lo mismo que otros. Que eres más fiel que un perro y definitivamente terminé agarrándote mucho cariño. Hace unos meses te enfermaste. Por momentos pensé que no volvería a verte, que no volveria a tener esa sensación de vuelo ligero que tienes. Como un muerto pensé "ni siquiera me pude despedir de ti" y me invadió una suerte de tristeza que me parecía muy loco porque a la final ¿qué son los aviones? Simples máquinas voladoras pero que en el fondo son tan especiales que terminas perdidamente enamorado de ellas.

Como un paciente en estado grave preguntaba por ti todos los días, hasta que un día me dijeron que no volverías. Que te convertirían en latas de refresco y me sentí enfermo de pensar que te picaran y que nunca más volvería a surcar los cielos contigo. En mi tristeza y en mi mente me despedí de ti. Pero resulta que fue un pronóstico falso y a los pocos días volviste y retomaste tus cielos nuevamente.

Hoy cuando te vi por primera vez, ahí parado, gigante, imponente, brillante, con tus colores únicos me me di cuenta que como ave fénix habías resurgido de las cenizas y te veías más guapo que nunca. Cuando llegue a abordarte te hice un cariño en el fuselaje y pensé: Estoy feliz de que estés aqui o mejor dicho que esté yo aqui contigo..."

Sigo en el vuelo, este mensaje fue interrumpido por 6 vasos de agua, 3 cafés y dos coca colas. Ahh y un juguito de mango si es que tienes.

Felices vuelos!

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