Escribo estas líneas mientras mi avión sobrevuela la ciudad de Asunción en Paraguay. Creo que encontrarán esta entrada de Mi vida en el Aire ligeramente distinta a las demás. Pero de eso se trata, adentrarlos en mi mundo. En lo que vivo no solo en el avión sino también en tierra.Este mes salieron unos vuelos especiales a Argentina y yo como fanático que siempre he sido de esa maravillosa ciudad andaba loco de ganas de que al menos un vuelito me pusieran. Finalmente llego la programación del mes y efectivamente ahí estaba: EZE!
El día que salí rumbo a Buenos Aires tenía susto de terminar defraudado, varios compañeros decían que la ciudad no les había gustado, que los argentinos eran unos pesados, que el frío era horrible... en fin muchas cosas que cuando me las decían no las creía y pensaba "no puede estar tan distinta a como la recuerdo.
Aterrizamos en Ezeiza y con solo unas horas descubrí que la gente no sabe disfrutar una ciudad desconocida y que sencillamente no entendían lo maravillosa que es ésta ciudad del cono sur. Buenos Aires es caminar. Es Recorrer sus calles, es el olor a garrapiñada de almendras, el Obelisco, los alfajores, la provoleta, la gente bella, el frío, la carne, Gardel, Fito; en fin tantas cosas que hacen que sea una ciudad maravillosa, llena de tantas cosas únicas. Simplemente hermosa y mágica.
Buenos Aires es una ciudad que respira pasión. Pasión que comparto cada vez que la visito y que siempre me hace desear volver. Hay pasión en su gente, en el tango, en las protestas callejeras diarias, en los que discuten a favor o en contra de Cristina. Su gente tiene un encanto particular que puede caer mal si vas con la mente cerrada y a pesar de ser testarudos y un poco creídos a la vez son simpáticos, abiertos y cálidos. Tienen ese aire latino que tanto nos identifica y nos une definitivamente como países hermanos. Son tan ellos que en el vuelo de regreso por una demora con los pasajeros abordo esperando por una documentación comenzaron a protestar; pero protestando como lo saben hacer ellos: cantando.
Pero no todo fue Tango, Carne y Vino. En este maravilloso viaje también tuve la oportunidad de encontrarme y reencontrarme con gente querida para mi. De reencontrarme con amigos de la infancia que por cosas de la vida tomaron rumbo al sur y de encontrarme y poder estrechar la mano de aquellos que solo conocía a través de una computadora o un teléfono móvil; pero que de una u otra manera ya forman una parte importante de mi vida y descubrí que la amistad no es sólo el que ves diariamente sino aquel que no importa la distancia o las diferencias culturales es igual a ti. Ahora voy rumbo a casa, triste y nostálgico por haberme ido, pero sintiéndome afortunado de haber podido tener la oportunidad de ir nuevamente a tan maravillosa ciudad. Definitivamente como dice el Tango "esta ciudad esta embrujada sin saber por el hechizo cautivante de volver". Ojalá el hechizo que me cautivó hace muchos años me vuelva a llevar lo más pronto posible
Felices vuelos!
@Charlieccs
